sábado, 10 de enero de 2015

Presentación.

Me llamo Sheila. Tengo 26 años y vivo en el Distrito Federal. Tengo 3 hijas y un novio maravilloso: Abraham. Trato de educar a mis niñas de manera que sean mujeres libres, independientes y felices. 
   Fui mamá por primera vez de Mariana, a los 18 (super chiquita) y obviamente tenía miedo, tenía dudas, en realidad no tenía una mínima idea de lo que me esperaba. Tuve mucha gente que me apoyó, y que me ayuda hasta la fecha. Cuando una es mamá primeriza las cosas rara vez son como las imaginábamos; hay cosas que nadie nos dice y entonces tenemos que ir aprendiendo conforme el tiempo va pasando. Nadie nos dice de la recuperación después de una cesárea (como fue en mi caso) Nadie nos cuenta de lo difícil que es la lactancia, nadie nos platica en realidad como serán las desveladas; pero el tiempo va pasando y una va agarrando práctica... las cosas nunca se tornan del todo fáciles pero sin embargo si se hacen menos difíciles. (Mariana. 50 cm. 2.750 kg)
   Sofía, mi segunda niña nació cuando yo tenía 21 años y ahí ya estaba un poco más consciente de lo que sería, fue un parto natural sin anestesia precioso. Lo disfruté, aunque era algo nuevo para mi y estaba muy nerviosa. Lo único incómodo fue la episiotomía, la cual era a lo que más miedo le tenía pero la verdad es que en el momento ni la sentí. (Sofía. 47 cm. 2.850 kg)
   Camila nació a mis 22 (seguiditas, como dirían por ahí) Ella también fue parto natural sin anestecia, sin duda el que más disfruté. Ya sabía a lo que me enfrentaría y esa noche lo manejé prácticamente sola porque así lo decidí. Quise que fuera algo íntimo entre ella y yo. Vaya, ni el papá me acompañó durante el trabajo de parto. Únicamente pedí su ayuda cuando era hora de ir al hospital. En la sala de alumbramiento no hubo necesidad de cortar, ni de pujar demasiado. Fue realmente muy fácil y tranquilo. (Camila. 48 cm. 3.100 kg)
   Mi relación es una relación estable, de apoyo mutuo, nos complementamos y nos animamos a crecer en todos los ámbitos. Abraham no es el padre biológico de mis hijas pero estoy desde hace casi 3 años con él y es un papá de crianza maravilloso. Mis hijas lo adoran y él a ellas. No puedo pedir más. 
   Amo a mis niñas... son un motor enorme y lo más importante que tengo, aunque obviamente hay más facetas en mi vida creo que la maternidad es la que más disfruto. Quiero unas hijas felices y que estén conscientes de que pase lo que pase, siempre estaré para ellas.